lunes, 26 de marzo de 2012

Simplemente crudo. (F: Gaby Vargas).

Si bien el colesterol no existía hace unos años –en nuestra conciencia–, y de algún modo la ignorancia nos hacía disfrutar sin culpa los platillos rebosados con queso, crema y manteca, hoy somos más conscientes de lo que nos aporta salud y bienestar.
En el tema de nutrición cada día surge una nueva dieta o corriente que promete hacernos bajar de peso, mejorar nuestra digestión, darnos más energía, estamina y salud. Tal es el caso del sistema que a continuación te expongo y que descubrí gracias a Pablo, mi hijo, su fiel seguidor. él me cuenta se siente mejor que nunca y, como hemos visto, bajó 20 kilos de peso.


Se trata de un estilo de alimentación para toda la vida, consiste en consumir lo más posible alimentos frescos y crudos; no tienen que ser cien por ciento de tu alimentación, sólo debes aumentar el consumo de los mismos.


De acuerdo a Judita Wignall, pionera en este sistema, comer alimentos crudos puede llegar a eliminar una serie de enfermedades, incluso la depresión. Lo anterior se debe a que al no ser químicamente procesados o calentados a más de 48° C, conservan todas sus vitaminas, minerales, phytonutrientes y enzimas, lo que fortalece al sistema inmunológico. Todo lo anterior facilita la absorción y digestión, ya que mucha de la fibra se pierde al cocer los vegetales. Y si bien los minerales no se afectan por el calor, se eliminan con el agua de la cocción.


Cuando comienzas a incorporar alimentos crudos a tu dieta, suceden grandes cambios en tu cuerpo. Entre más alimentos crudos agregues, mayores son los beneficios. Los cambios que notaremos, según afirma Wignall en su libro Going Raw, son los siguientes:
Tu energía aumenta, tu piel se hidrata y se limpia, evitas sentir el "hambre falsa" que se presenta cuando no consumimos suficiente agua. Tu sistema inmunológico se fortalece, el hígado se desintoxica y mil beneficios más: "Nuestro cuerpo está en constante reparación aunque no nos percatemos de ello. Al mismo tiempo, el proceso de la digestión es de los más complicados que tenemos y se realiza varias veces al día. Cuando esto sucede, el cuerpo detiene el proceso de sanación. Cuando comemos alimentos fáciles de digerir, nuestro cuerpo tiene más energía para defenderse de patógenos, reconstruir tejidos y desintoxicarse."


Sabemos que por "crudo" consideramos todo tipo de frutas y verduras. Pero, ¿qué pasa con la proteína? De acuerdo con Wignall todos los vegetales verdes contienen proteína: la espinaca, la arúgula, las acelgas, por ejemplo, tienen un contenido proteico de entre 35 y 50 por ciento. Otras fuentes de proteína de calidad son las semillas de chia, goji berries, cacao, almendras, polen de abeja, espirulina, semillas de calabaza, gérmenes y arroz salvaje, entre otros. Comer una variedad de estos alimentos al día, puede proveernos las proteínas necesarias.


Es importante saber que no necesitas ser vegetariano para comer alimentos crudos, ni tampoco consumir todo crudo para recibir los beneficios. Cualquier cantidad de alimentos crudos es benéfica, sin embargo para notar una diferencia, tu dieta debería estar constituida por ellos en al menos 50 por ciento. Piensa, si agregas un licuado de fruta o verdura a tu desayuno y ensaladas en la comida y la cena, ya estás en el camino.


Es un hecho que la alimentación es un tema de conciencia y de amor hacia uno mismo que puede transformar nuestra vida. La elección siempre está ahí y es nuestra. Por mi parte, si bien me encantan los alimentos cocidos, estoy dispuesta a aumentar los crudos para ver qué pasa. ¿Y tú?

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