miércoles, 28 de agosto de 2013

Una carretera amenaza a 23 comunidades otomíes (F: Instituto cultural de león)



El trazado de la carretera Guanajuato - San Miguel afecta directamente a 23 comunidades otomíes e incluso a una pirámide ceremonial catalogada por el INAH. Los indígenas han propuesto una ruta distinta mientras que miembros de una asociación civil han interpuesto un recurso de reconsideración de la obra ante el Instituto Nacional de Arqueología e Historia (INAH).
 
 
Como suele suceder, el progreso no toma en cuenta al patrimonio indígena. El proyecto de la carretera Guanajuato–San Miguel, en el trazo actual, invadiría el territorio de 23 comunidades indígenas, dividiría las poblaciones, afectaría capillas de los habitantes otomíes e incluso la pirámide de La Soledad, en Cruz del Palmar, catalogada por el INAH.
 
 
Las comunidades indígenas de esa zona no están en contra de la carretera, sólo piden que se cambie el trazado e incluso han propuesto una alternativa. El portavoz de 27 poblaciones otomíes, Magdaleno Ramírez Ramírez, puntualizó que encima de dañar la pirámide y otras zonas de relevante valor histórico y cultural, la carretera afectaría la agricultura de los pueblos, y también tendría un impacto negativo en el medio ambiente. “El trazo afectará la flora y fauna que tanto hemos cuidado, sobre todo los árboles milenarios, los armadillos, tlacuaches, que son únicos del lugar, si desvían el trazo no nos afectan el patrimonio, ya que es la herencia que celosamente hemos cuidado”, recalcó.
 
 
Hace poco más de un año, los habitantes de Cruz del Palmar se comunicaron con la asociación civil Propatrimonio, preocupados porque una carretera atravesaría un centro ceremonial. Eduardo Rubén Iglesias Bálsamo, miembro de la asociación, consultó como ciudadano la información disponible en Infomex y, al constatar lo dicho por los otomíes, entro en acción.
 
 
Debido a la importancia histórica y arqueológica del sitio, Propatrimonio comenzó un proceso para lograr que la zona fuera declarada paisaje histórico. La organización civil argumenta que tienen todo lo necesario para respaldar esta declaración, gracias a los pueblos originarios que habitan el área, las zonas arqueológicas que contiene y la flora y fauna endémica que alberga.
 
 
Iglesias Bálsamo interpuso un recurso ante el INAH para que se reconsidere el trazo de la obra. Por el momento, todo está en el aire.
 
 

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