La necesidad agudiza el ingenio, y si el otro día mi compañero Pakus os hablaba de un proyecto que pretende ofrecernos cenar dentro del cine, hoy os traigo un restaurante a los pies de una cascada, que está triunfando en su país, Filipinas, en la zona turística de Villa Escudero.
Se trata de un restaurante al aire libre, similar a un chiringuito dominguero en la sierra, solo que tiene la peculiaridad de que las mesas están colocadas sobre el agua, y justo al lado de un gran salto de agua —parece que artificial— donde los comensales pueden refrescarse del calor además de degustar la comida del chef.
No me queda muy claro cómo respetar en este restaurante el principio de no bañarse después de las comidas, pero en cualquier caso parece un lugar muy agradable en el que picar algo mientras sentimos el agua pulverizada en nuestra piel. La mala noticia es que no sirven una tapa de frutos secos con la caña.
No hay comentarios:
Publicar un comentario