La palabra española pasta, la inglesa pastry y la francesa pâte y pâté tienen su origen en un sugerente grupo de antiguas palabras griegas que tenían que ver con partículas pequeñas y texturas finas: se usaban para el polvo, la sal, las gachas de cebada, la masa pastelera o los velos bordados. Un derivado latino posterior, pasta, se aplicaba a la harina humedecida hasta formar una pasta, y después secada, esto condujo al italiano pasta y a pâte, que significaban “masa de pan”.
Pâté es la palabra francesa medieval que en principio se aplicaba a una preparación de carne picada envuelta en una masa de pan. Pie era casi equivalente al paté original en inglés medieval, y se aplicaba a cualquier alimento (carne, pescado, verduras, fruta), envuelto en una pasta. Pero el origen de la palabra no tenia nada que ver con la masa de pan, sino con el nombre inglés de la urraca (magpie), un ave que recoge toda clase de objetos de su nido.
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