No es la primera vez que se vincula el consumo de leche con ciertas enfermedades, como el cáncer: un nuevo estudio realizado en Islandia encontró que los adultos mayores de este país que recordaban haber sido grandes bebedores de leche durante la adolescencia tenían una mayor posibilidad de que se les diagnosticase cáncer de próstata.

“Nuestros datos son realmente sólidos y una prueba importante de que la adolescencia es un ‘período sensible’ para el desarrollo del cáncer de próstata“, dijo al respecto Johanna Torfadottir, experta en nutrición y estudiante de grado de la Universidad de Islandia.

“Aun así, somos cuidadosos con la interpretación. Las inferencias causales no se realizan con un solo estudio, por lo que se necesita más investigación para confirmar nuestros resultados y descubrir el mecanismo que podría explicar esta asociación“, advirtió.

Según se publicó en la última edición del American Journal of Epidemiology, el equipo de investigación utilizó datos de más de 2.200 hombres nacidos entre 1907 y 1937, que habían sido parte de un estudio clínico realizado en los años 60 y que a principios de siglo habían respondido sobre la alimentación en la niñez y la adolescencia, para otro estudio.Luego de analizar y cotejar los datos, los investigadores llegaron a la conclusión que el 1 por ciento de los 463 hombres que recordaron haber bebido leche menos de una vez por día en su adolescencia había desarrollado cáncer en la próstata y/o muerto por esta enfermedad en el período del seguimiento.

En el caso de los que habían consumido leche todos los días durante sus años de juventud, este porcentaje se había incrementado al 3 por ciento.

“Con estos resultados solamente, no podemos recomendar que los varones adolescentes modifiquen la alimentación. Estamos analizando el riesgo de desarrollar una enfermedad, el cáncer de próstata, y, obviamente, deberíamos considerar otras cuestiones, como la salud ósea“, matizó Torfadottir.

En un mismo sentido, el doctor Matthew Cooperberg, urólogo de la Universidad de California en San Francisco, coincidió: “Sería prematuro decir que tomar leche causa cáncer prostático. Podemos hablar de una asociación, pero es difícil probar causalidad“.