Una chocolatería, al igual que un restaurante, son negocios que indiscutiblemente deben crearse de corazón
Son tantas las personas que cuando conocen mi trabajo y lo feliz que soy realizándolo me dicen: “A mí me encantaría montar una chocolatería o un restaurante, ¡imagínate! ¿a quién no le gusta el chocolate o a quién no le gusta la buena comida?”
Y mi respuesta siempre es la misma, “si lo haces solo por dinero, seguramente será un fracaso2. Al igual que la restauración, el mundo de la chocolatería es un mundo absorbente y de infinitos detalles. Debes contar con los conocimientos gastronómicos para que todos los alimentos sean preparados correctamente, de la mejor calidad; asimismo deben gozar de disposición, de servicio. También de conocimiento administrativo para gestionar el restaurante o chocolatería sin ningún problema, y como punto final, pero no menos importante, es valorar tu negocio al máximo, creer en lo que haces o vas a hacer, y eso se logra si le pones todo tu esfuerzo.
Aprovecho en este punto para compartir con ustedes un poco de cómo han sido mis vivencias en el mundo del chocolate. Nací en una familia integrada solo por cuatro miembros, mi padre, mi madre y hermana; yo, como toda hija menor, siempre he gozado de la protección y el apoyo incondicional de todos ellos. Como muchas familias venezolanas, crecemos con el esfuerzo y la constancia diaria de los padres. Para mi fortuna, mis padres además de trabajadores son sumamente optimistas, me enseñaron a creer que mis sueños, por muy difíciles que parezcan, si creo en ellos puedo alcanzarlos.
Así que cuando decidí incursionar en esto de ser cocinera/chocolatera ellos no se sintieron muy convencidos, pero igual me apoyaron. Y cómo culparlos si, contradictoriamente, en casa nunca hice ni una arepa y el lavado de platos me era un verdadero esfuerzo; entonces, para estar segura y a fin de cumplir una meta personal, estudié Derecho y me gradué de abogada en abril del 2005. Curiosamente comencé en Julio estudios de cocina en una escuela de cocineros y monté una pequeña chocolatería. En ese momento y gracias a mi empeño en el tema, mi familia me apoyó en pleno. Cada uno con su aporte particular, mi madre día a día me ayudó con las compras, las pesadas y las envolturas. Mi padre, quien es especialista en costos y a quien aprovecho en esta publicación de expresarle mi completa admiración y todo mi amor porque esta de cumpleaños, me orientaba en todo lo referente a precios, compras, pagos y nómina. Y mi hermana, mi inseparable cómplice, también abogada y cocinera, está en todo conmigo, producción, creación y comercialización.
Lamentablemente, luego de 4 años esa chocolatería, por muchas razones y tal vez por desconocimiento, tuvimos que cerrarla, pero como siempre digo, esa ha sido nuestra gran escuela, y como dijo Henry Ford: “El fracaso es una gran oportunidad para empezar otra vez con más inteligencia”. Y es en eso que me encuentro ahora, construyendo un proyecto de cacao y chocolate venezolano desde su cultivo. Ahora bien, sin más preámbulo y con la mejor intención les expreso los 10 consejos que para mí son indispensables antes de montar una chocolatería o un restaurante.
1.-Conocimiento. Se debe saber de restauración, lo cual incluye desde la cocina o producción hasta el servicio y administración. En caso de no dominar el tema, buscar una asesoría profesional
2.-Calidad. Un negocio, pequeño o grande, siempre debe contar con calidad, porque es allí donde estará la diferencia con los demás.
3.-Equipos. Debe disponer con los equipos mínimos necesarios para ser eficientes.
4.-Ubicación. Este es uno de los puntos clave, yo siempre recomiendo que, por muy elegante que sea el lugar, debe ser accesible a todos. Mientras mejor sea su ubicación. mayor será la afluencia de clientes.
5.-Inversión. Esta obviamente va a depender de la capacidad de los inversionistas y que por supuesto es indispensable para conocer el alcance del lugar. Pero algo que quisiera mencionar acá es que, muchas veces, la gente cree que por contar con una cantidad millonaria de dinero su chocolatería o restaurante será ciertamente exitoso y créanme eso no es así, si no cuenta con todas las demás condiciones fracasará fácilmente.
6.-Servicio. Para mí, este aspecto es esencial; además que como cliente me encanta ser bien atendida. Nací y crecí en los andes venezolanos, ciudades que se caracterizan por la amabilidad y cordialidad de su gente. Creo que no debo explicarlo mucho, para nadie es un secreto que muchos veces llegamos a un lugar que nos ofrece un menú corriente, pero si somos bien atendidos indudablemente volveremos.
7.-Menú pequeño. ¿Por qué pequeño? Yo lo aconsejo porque me molesta llegar a un lugar y que aquello que me apetezca me digan: “disculpe, hoy no tenemos”, y eso comúnmente le ocurre a establecimientos que hacen cartas muy extensas que dificultan las requisiciones diarias de producción. Así que es mejor que sea corto para que nunca nos falte un plato del menú.
8.-Mercado. Obviamente debes tener claro que lo que van a ofrecer sea del gusto de sus comensales, y por supuesto tener claro el estilo del lugar. Hace poco visité un establecimiento que tenía decoración asiática pero todo su menú era criollo, fue tan evidente que una nena de 7 años que me acompañaba lo notó y me dijo: “qué mal que todo sea chino y aquí no venden comida china”
9.-Competencia. Más que espiar debes conocer a la competencia, para que estén al menos a su nivel o si es posible sean mucho mejores.
10.-Hacerlo con el corazón. Y finalmente, como lo mencioné en el título de esta publicación, deben hacerlo con pasión, ya que la restauración es un mundo de mucho esfuerzo y desgaste físico y la única manera de sobrellevarlo es vivirlo apasionadamente, día a día con todo el corazón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario