Descubre cómo el consumo moderado de vino a lo largo de tu vida puede ser un gran aliado para prevenir distintas enfermedades.
Una de las bebidas más nobles y sanas que podemos beber sin duda es el vino. Desde sus principios médicos planteados por Hipócrates hace 2500 años, hoy día se ven fundamentados por estudios más sólidos a través de la medicina actual. Se ha comprobado que el consumo constante y moderado de vino es decir, diario, puede prevenir un sinnúmero de enfermedades e incluso ser la fuente de la juventud, ya que se ha demostrado que las personas a vivir un promedio de 10 años más de vida.
A la fecha, se tiene comprobado que el vino posee más de 800 componentes tales como vitaminas, ácidos, minerales y polifenoles, donde éstos últimos son de gran importancia ya que el resveratrol, uno de sus derivados, contiene un principio activo anticancerígeno ya que funge como neutralizador ante el proceso de desarrollo celular cancerígeno, con lo cual ayuda a prevenir distintos tipos de cáncer como leucemia, de mama, próstata, de colon, en la piel, de riñón, esófago y estómago, entre otros.
Se ha demostrado que distintas frutas poseen dentro de sus componentes resveratrol sin embargo, la uva es la fruta que encuentra la mayor proporción de este principio activo encontrado en sus cáscaras y semillas. Por este motivo el vino tinto, dado que durante su proceso de vinificación permanece largos periodos en contacto con sus cáscaras y semillas, resulta ser el tipo de vino con mayor contenido de resveratrol. Hacia 1992, un estudio de la Universidad Cornell de Nueva York, demostró que una botella de vino tinto, que se elabora con 1,000 uvas aproximadamente, contiene la misma dosis que 17,000 pastillas de resveratrol, ofrecidas como complementos vitamínicos en tiendas especializadas por ello, está demostrado que el vino tinto contiene quince veces mayor cantidad de polifenoles que un vino blanco.
El consumo diario de vino puede prevenir enfermedades como la demencia senil hasta un 80% y en el caso del Alzheimer un 75%, según la Universidad de Burdeos; los cálculos biliares y renales se pueden prevenir hasta un 50% en promedio y entre las mujeres mayores de 75 años, ayuda a mantener la densidad ósea logrando prevenir la Osteoporosis. El consumo de vino tinto ayuda a prevenir la obstrucción de venas y arterias por el colesterol malo (LDL) gracias a los polifenoles, y con ello logra disminuir los riesgos de infarto al miocardio. Los resfriados comunes pueden llegar a disminuirse hasta en un 50% frente a los abstemios y en el caso del consumo del vino blanco, éste ayuda a mantener los pulmones sanos.
Para lograr que el vino se convierta en un aliado para nuestra salud, la clave debe ser la cantidad de ingesta diaria. Las reglas genéricas corresponden en los hombres a dos copas diarias y en mujeres una, cantidades que pueden variar de acuerdo a la complexión de cada persona sin embargo, el vino puede ser la bebida más sana, en palabras de Louis Pasteur, o puede convertirse en el peor enemigo del organismo. Por ello, la recomendación es mantener un consumo moderado sin olvidar acompañarlo con agua y enaltecerlo con los platillos, ya que rendir tributo al vino, es rendir tributo a nuestra salud.
A la fecha, se tiene comprobado que el vino posee más de 800 componentes tales como vitaminas, ácidos, minerales y polifenoles, donde éstos últimos son de gran importancia ya que el resveratrol, uno de sus derivados, contiene un principio activo anticancerígeno ya que funge como neutralizador ante el proceso de desarrollo celular cancerígeno, con lo cual ayuda a prevenir distintos tipos de cáncer como leucemia, de mama, próstata, de colon, en la piel, de riñón, esófago y estómago, entre otros.
Se ha demostrado que distintas frutas poseen dentro de sus componentes resveratrol sin embargo, la uva es la fruta que encuentra la mayor proporción de este principio activo encontrado en sus cáscaras y semillas. Por este motivo el vino tinto, dado que durante su proceso de vinificación permanece largos periodos en contacto con sus cáscaras y semillas, resulta ser el tipo de vino con mayor contenido de resveratrol. Hacia 1992, un estudio de la Universidad Cornell de Nueva York, demostró que una botella de vino tinto, que se elabora con 1,000 uvas aproximadamente, contiene la misma dosis que 17,000 pastillas de resveratrol, ofrecidas como complementos vitamínicos en tiendas especializadas por ello, está demostrado que el vino tinto contiene quince veces mayor cantidad de polifenoles que un vino blanco.
El consumo diario de vino puede prevenir enfermedades como la demencia senil hasta un 80% y en el caso del Alzheimer un 75%, según la Universidad de Burdeos; los cálculos biliares y renales se pueden prevenir hasta un 50% en promedio y entre las mujeres mayores de 75 años, ayuda a mantener la densidad ósea logrando prevenir la Osteoporosis. El consumo de vino tinto ayuda a prevenir la obstrucción de venas y arterias por el colesterol malo (LDL) gracias a los polifenoles, y con ello logra disminuir los riesgos de infarto al miocardio. Los resfriados comunes pueden llegar a disminuirse hasta en un 50% frente a los abstemios y en el caso del consumo del vino blanco, éste ayuda a mantener los pulmones sanos.
Para lograr que el vino se convierta en un aliado para nuestra salud, la clave debe ser la cantidad de ingesta diaria. Las reglas genéricas corresponden en los hombres a dos copas diarias y en mujeres una, cantidades que pueden variar de acuerdo a la complexión de cada persona sin embargo, el vino puede ser la bebida más sana, en palabras de Louis Pasteur, o puede convertirse en el peor enemigo del organismo. Por ello, la recomendación es mantener un consumo moderado sin olvidar acompañarlo con agua y enaltecerlo con los platillos, ya que rendir tributo al vino, es rendir tributo a nuestra salud.
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