Los errores son fundamentalmente como fuente de aprendizaje en una cocina
En la cocina la presión se respira a cada momento y es que cada minuto se vive a mil y hay poco margen para el error. Quiza ese es uno de los mayores temores de los estudiantes al dejar las aulas y pasar a las cocinas profesionales.
En la cocina de un restaurante siempre hay algo que hacer. Es muy raro, sobre todo en hora punta (12.30 p.m. - 3 p.m.) que alguien esté parado sin hacer nada o conversando. Por eso digo que es proporcional al compromiso.
Los conocimientos teóricos son importantes, nos dan un marco, nos pintan la cancha y son evidentemente el punto de partida. Sin embargo, lo fundamental termina siendo lo práctico, la vida misma, la calle. Una cosa es preparar un lomo saltado en tu casa o en una clase ante la mirada atenta del profesor y otra muy diferente hacerlo en plena pico en el restaurante.
Ahí, en medio de la cocina, no hay muchas opciones: hay que hacerlo rápido y bien. Todo dependerá del orden que tengas en cocina, precisar bien el tiempo para cada cosa y sobre todo saber trabajar en equipo. En esa cocina está la verdadera presión.
Es donde se cocina por cantidades, los fogones nunca se apagan, las comandas nunca terminan y los platos salen a lo mucho en cinco minutos. También está tu jefe gritándote al oído que te apures. Y tú diciéndole “ya sale, ya sale”.
De eso se aprende. De los errores fundamentalmente y es algo a lo que nadie debe de temer al final siempre existen los errores pero para eso estudiamos y trabajamos arduamente día con día para perfeccionar nuestras técnicas y superarnos a nosotros mismos.
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Saludos
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