Los americanos "adoran" trabajar, mientras que los europeos son mucho más felices si pasan más tiempo dedicados al ocio. Es lo que se deduce de un estudio realizado por Adam Okulicz-Kozaryn, de la Universidad de Texas (EE UU), que publica la revista Journal of Happiness Studies. “En Europa son menos felices las personas que trabajan muchas horas, pero en Estados Unidos ocurre justo al contrario”, subraya el investigador. De hecho la categoría “horas de trabajo” es importante a la hora de calcular la probabilidad de ser feliz en sujetos norteamericanos.
En su estudio, Okulicz-Kozaryn comprobó que el número de europeos que se describían como muy felices caía de un 28% a un 23% cuando el número de horas aumentaba de 17 horas semanales a 60. En el caso de los americanos, sin embargo, los datos muestran que el 43% de los encuestados se consideran felices independientemente de las horas dedicadas a trabajar.
Los resultados se pueden interpretar como una diferencia en las aspiraciones en ambos continentes. “Los europeos tienden a valorar por encima de todo cuánto disfrutan de la vida, mientras las aspiraciones de los norteamericanos están más orientadas a aumentar los ingreso y el estatus profesional”, explica Okulicz-Kozaryn. En otras palabras, la felicidad que produce trabajar más horas puede ser un producto del llamado “sueño americano”. El investigador cree que el siguiente paso será que hacer una comparativa país por país, en lugar de analizar globalmente el continente europeo, para entender realmente qué nos hace felices.
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