lunes, 26 de diciembre de 2011

la navidad es algo mmmmm



NAVIDAD


Guadalupe Loaeza


Poco antes de cerrar la edición de este libro, llegó un fax a las oficinas de MGB que compartiremos con nuestros lectores para reflexionar acerca del tema de la Navidad. El fax dice lo siguiente: «Queridos amigos de MGB: Les escribo porque quisiera que me recomendaran qué hacer con un problema que tengo. Postal10Llevo cinco años de casada y mi matrimonio ha ido bien en términos generales. Mi esposo es buena persona y nos hemos ido entendiendo en muchas cosas. Sin embargo, cuando se acerca la Navidad entramos en discusiones espantosas. El siempre quiere que vayamos a pasar el 24 en la noche y el 25 a la casa de sus papás. Yo también quiero ir a la casa de los míos. No nos ponemos de acuerdo. Si él accede a venir con mí familia, la fiesta acaba en pleito, lo mismo si yo voy con los suyos. En esas fechas salen mil problemas que uno apenas piensa durante el año. Luego la gente bebe demasiado o se indigesta. Unos se ofenden porque les dieron un regalo más pequeño o más corriente que a los otros.


»Cuando se acercan las fechas navideñas me voy poniendo de muy mal humor. El 23 de diciembre la paso en las tiendas, que están a reventar y carísimas. Acabo Adquiriendo una bola de regalos inútiles, nada más para salir del paso y al finalizar el año estoy endeudadísima y con muy mal sabor de boca. Total que no sé qué hacer. A lo mejor lo más sano sería irnos solos él y yo con los niños a una playa o a una montaña en esas fechas. Atentamente, Casilda Romero Tagle».
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Estimada Casilda: Nos apena mucho que la Navidad se haya vuelto para ti y para tu familia motivo de tantas amarguras. No eres la única que se dirige a nosotros con estas quejas. Esta festividad, que en su origen invoca contenidos amorosos, pacíficos, de júbilo, se ha ido convirtiendo en una obligación cargada de compromisos desagradables. Por eso te aconsejamos que revisen bien qué significado tiene para ustedes la Navidad. Que se pregunten cómo pasan esas fechas y cómo les gustaría festejarlas.


La Navidad es una tradición que, bien planeada, puede ser muy agradable, sobre todo para los niños, a los que suele causarles mucha ilusión. Te aconsejamos que hables tranquilamente con tu esposo y lleguen a algún acuerdo razonable, como pasar el 24 en casa de la familia de uno y el 25 en la del otro. También sería interesante que probaran salir de la ciudad, a ver cómo se sienten. Para cuando la festejen en su casa, con amigos y. familiares, les aconsejamos organizar todo con anticipación. Respecto de los regalos, lo más razonable sería hacer una lista bien pensada con un mes y medio de antelación. Regalar por regalar es contradictorio, no tiene mucho caso, resulta a veces, incluso, contraproducente. Cuando uno recibe el famoso «roperazo», generalmente lo nota. No hay nada mejor que un regalo bien escogido, aunque no sea caro. El buen gusto se expresa también en lo que uno regala. Postal11De modo que una vez determinadas aquellas personas a quienes quieren halagar en Navidad o con las que se tiene algún compromiso ineludible, conviene dedicar un poco de tiempo a pensar en qué necesitan esas personas o qué les haría ilusión. Y poco a poco, sin prisas, ir adquiriendo los regalos.


Las cenas de Navidad pueden ser pretextos magníficos para elaborar platillos que hace tiempo se quieren comer. O si no se tiene tiempo para ello, se puede contratar una casa especializada en banquetes, claro, también con anticipación. Si en la fiesta participan niños, no hay que olvidar que es a ellos a quienes más entusiasma. Los niños gozan mucho con el árbol y con el nacimiento o pesebre. Pueden escoger algún sábado o domingo de principios de diciembre para ponerlos. Ese día pueden contarles historias navideñas. Hay infinidad de cuentos y leyendas, al respecto aconsejamos leer a los niños los cuentos navideños que vienen en la antología de la obra de Hans Christian Andersen o la Canción de Navidad de Charles Dickens.


También pueden aprovechar para escuchar buena música, Más allá de las canciones norteamericanas que ponen en los supermercados, hay un amplio catálogo de música navideña; recomendamos especialmente el oratorio y el coral de Navidad de J. S. Bach, los «nöels» de trovadores y provenzales franceses, y la música navideña de M. A. Charpentier.


Atentamente, MGB


Con el fin de enriquecer esas fiestas, MGB ha hecho una pequeña investigación para recordar algunos temas relacionados con las tradiciones navideñas. Para empezar, hablaremos del origen de los pesebres. Dice la tradición que los pesebres en miniatura, perfumados de jazmines y de incienso, que se ven en las iglesias en las épocas navideñas y ante los cuales se postran grandes y pequeños, se deben a una iniciativa de San Francisco de Asís. En 1223, poco antes de la Noche Buena, este santo fue a ver al Sumo Pontífice.
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—¿Qué tienes, hijo mío? —le preguntó este último sorprendido de ver su cara pálida y entristecida.


El buen santo dijo entonces que los fieles ya no pensaban en la Navidad y que las iglesias ese día estaban vacías...
—¿Qué podremos hacer para reanimar su fe? —inquirió el Santo padre.
San Francisco tenía una idea y no osaba comunicársela al Sumo Pontífice. Pero al fin se animó y la expuso: ¿Por qué no representar dentro de cada iglesia el misterio de Belén por medio de un pesebre adornado con las santas figuras? Esto conmovería la imaginación de los fieles.


La idea de San Francisco se hizo realidad, y muy pronto en todas las iglesias comenzó a venerarse un pesebre, con todas las figuras que evocaban el portal de Belén.


Por lo que toca a las cenas de Navidad, la tradición es muy variada en los distintos países. Por ejemplo, en Francia se acostumbra comer en Navidad la morcilla, el foie gras, las trufas, el pavo relleno con éstas y, naturalmente, el champagne.


Refiriéndose a Inglaterra, un francés de chispa pero malicioso, dijo alguna vez: cada país tiene una palabra que lo identifica en todas las latitudes: Francia tiene dos, París y Napoleón; Inglaterra tiene una, el plum pudding. Este es el platillo inglés para la Navidad. Según la fórmula clásica consta de 500 gr de grasa de riñonada de buey picada finamente; 250 gr de miga de pan; ocho o diez bizcochos; 300 gr de pasas de uva de Málaga; 150 gr de sidra; otro tanto de manzanas picadas; 250 gr de azúcar, cinco huevos y algunas cucharadas de dulce. Los mince pies también disfrutan de gran predilección en esas fechas. Se hacen con rebanadas de plum pudding picado con un pedazo de lengua de buey y mezcladas con fruta conservada en ron, Estos ingredientes se envuelven en una masa.


Para Navidad se ven en Inglaterra plum puddings hasta de 50 kilos de peso, lo cual no impide saborear el pavo y el ganso rellenos de castañas asadas.


Dos especialidades constituyen en España el plato fuerte de las cenas de Nochebuena: la sopa de almendras y el besugo, o sea el pan tostado al horno con rebanadas de limón y ajo, y frito luego en aceite.


La broa es el plato de Navidad de los portugueses, y lo constituye una especie de panecillo de harina de trigo y de maíz mezclado con aceite de oliva, sal, azúcar, miel y anís.
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Los italianos celebran la cena tradicional antes de la medianoche. Se compone ésta de pastas y pescado, fundamentalmente. La anguila es muy apreciada. Existe la tradición de que algún arzobispo, con frecuencia el de Nápoles, envíe al sumo pontífice dos anguilas en una fuente de plata con panecillos de miel y almendras. En algunas regiones de Italia la cena es posterior a la misa de medianoche y se sirven mortadela, escalopines, ravioles, macarrones y panettone.


Los alemanes, para esta ocasión, como para casi todas, no dejan de servir choucrute. También ofrecen en sus mesas las salchichas de hígado, las de ternera, las de cerdo, los gansos rellenos, los pavos, los pasteles de manzana y las galletas de jengibre.


En Austria las cenas de medianoche se hacen con carpas fritas, pequeñas salchichas, el kugelhopf, tartas de manzana, pavo relleno y pasteles gratinados con semillas de adormidera. Los bohemios prefieren la carpa preparada con cerveza, que suele sustituir al pavo, y a ella le agregan una crema preparada con semillas de adormidera mezcladas con almendras, leche, azúcar y mantequilla. Finalmente, el gulash o carne de buey cocida con paprika, cebollas y jitomate, es el platillo característico, además de las coles rellenas y el lechón asado. En la región alsaciana se prefiere el anisbrod o pan de anís. Y no se. olvida el kugelhopf, que es una masa de harina, leche, pasas, ron y almendras.

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