Ubicado al norte de las costas de Yucatán, este magnífico paraje natural -reconocido como Parque Nacional el 6 de junio de 1996-, es el increíble hábitat de numerosas especies de voladores. ¡Conócelo!
Ubicado a casi 140 km al norte de la costa de Yucatán, el Arrecife Alacranes tiene las islas más oceánicas del Atlántico mexicano. En ellas se pueden encontrar las mayores colonias de aves marinas del bobo enmascarado y el charrán sombrío. Las playas arenosas y la baja -pero densa- vegetación forman un paraíso para la anidación de las aves; a su vez, la alta productividad de los arrecifes coralinos provee un festín de comida abundante, rica y constante.
Colonias masivas que impresionan
Lo que más asombra al pisar Alacranes (además del color del mar y la blanca arena) es la gran cantidad de aves marinas en espacios tan pequeños. En las cinco islas que lo conforman: Isla Pérez, Isla Muertos o Desertora, Isla Desterrada, Isla Chica e Isla Pájaros anidan por lo menos nueve especies de aves y los números de algunas alcanzan los miles e incluso cientos de miles. Isla Pérez, por ejemplo, con 11 hectáreas puede llegar a tener más de 100,000 nidos de charranes sombríos (Onychoprion fuscatus), lo que hasta el momento de escribir estas líneas es la colonia más grande de México para esta ave. Además, alberga casi 4,000 nidos de charranes bobos (Anous stolidus), que representan la mayor colonia de México y quizá del Atlántico americano.
Isla Muertos, por su parte, mantiene la mayor colonia de bobo enmascarado (Sula dactylatra) de México. Con alrededor de 1,600 parejas, esta pequeña isla de casi 16 hectáreas se ve como un gran tapete blanco y verde en el que los bobos anidando se mezclan con la vegetación. Las otras especies como bobo pata roja (Sula sula), bobo café (Sula leucogaster), fragata magnífica (Fregata magnificens), charrán real (Thalasseus maximus), charrán de sandwich (Sterna sandvicensis) y la gaviota reidora (Leucophaeus atricilla) suman algunos cientos de nidos que se encuentran principalmente en las islas más grandes, Desertora y Pérez.
Investigando un poco se entiende que esta enorme concentración de aves marinas tiene uno de sus orígenes en que cerca de las islas hay zonas de surgencias, corrientes de agua fría que emergen desde el fondo marino, levantando a su paso sedimentos que se convierten en abundante alimento, por lo que hay una gran cantidad de animales, desde peces hasta aves, pasando por mamíferos marinos. Eso, aunado a la enorme diversidad de la vida en el arrecife, son dos factores determinantes para la riqueza de aves marinas y los números en que se agrupan para tener a sus polluelos.
Retos de conservación
Las aves que anidan en este escenario, reconocido como Parque Nacional el 6 de junio de 1996, se alimentan de peces pelágicos (como voladores, sardinas, entre otros), base de la cadena alimenticia de otros peces y mamíferos marinos como delfines y algunas ballenas. En términos sociales, esos pequeños peces son el alimento de especies de importancia comercial y de subsistencia para pescadores de Puerto Progreso. La complejidad ecológica de un ecosistema tan diverso es un reto para la investigación y la sociedad. Conocerlo mejor brindará claves para la conservación de su biodiversidad, así como el uso sustentable y racional de los recursos pesqueros. Al ser un Parque Nacional tiene ciertas restricciones para la actividad productiva, a la vez que es un área protegida con “vocación” para la visita y el ecoturismo. Su localización tan remota lo hace poco accesible, lo que en términos de conservación es favorable. La Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP) tiene una estación de campo en Isla Pérez y su personal mantiene vigilancia constante en el parque. Sin embargo, en términos de investigación, conservación y divulgación hay mucho camino por andar. En este sentido, las colonias de anidación masivas como la del charrán sombrío y el bobo enmascarado representan una excelente oportunidad para entender mejor el ecosistema, un pretexto para su conservación y, sin duda, imágenes e información para la divulgación.
Para la conservación de las colonias de aves marinas y los arrecifes coralinos es necesario sacarlos a la luz, que los mexicanos conozcan este tesoro, lo valoren y de manera directa o indirecta contribuyan a mantener esas islas en el estado en que hasta ahora se mantienen. Si queremos conseguirlo es necesario comprender mejor el ecosistema, incluyendo a los humanos y sus actividades. Igual importancia tiene poder crear un vínculo que permita la conservación para beneficio de todos.
Antes... un poco temido
La presencia del Parque Nacional Arrecife Alacranes comenzó a figurar en los mapas de navegación básicamente desde la época de la Colonia. Su importancia y fama surgieron por sus “temidas” formaciones coralinas que hicieron encallar decenas de navíos. Incluso hay historias en las cuales se sugiere que el nombre se debe al peligro oculto y latente que representaban la islas y la plataforma arrecifal para navegantes poco experimentados. Esta oscura fama y su lejanía del México continental llevaron a una especie de olvido a las cinco islas y con ellas a las miles de aves marinas que en ellas anidan. Con todos los obstáculos que pudieran encontrar las expediciones naturalistas y científicas a estas islas sólo unas pocas prosperaron y aunque en la mayoría se puso énfasis en los arrecifes coralinos y las formaciones geológicas, en todas se hace mención al gran número de aves encontradas. Recientemente un grupo de ornitólogos se ha conformado para retomar las últimas expediciones y monitoreos de las colonias de aves marinas que datan de 1999. Desde el 2009 hemos visitado las islas para comenzar a generar información sobre el número y la dinámica poblacional de algunas especies, principalmente el bobo enmascarado, el bobo patas rojas, el charrán sombrío (Onychoprion fuscatus), el bobo café y la fragata magnífica.
Datos de visita
-Es necesario acudir a la oficina de la CONANP en Mérida para solicitar información sobre los prestadores de servicios autorizados (Calle 18, Núm. 120, Itzimná, Tel. 01 (999) 926 0077).
-Seguir las recomendaciones del personal del parque y cubrir el pago de los derechos de visita, pues estos recursos se destinan a la conservación de las áreas naturales protegidas de México.
-La temporada primavera-verano permite observar la mayor concentración de aves en el año.
-De junio a octubre en sus playas llegan a anidar varias especies de tortugas marinas, principalmente la carey (Eretmochelys imbricata) y la verde (Chelonia mydas).
-Seguir las recomendaciones del personal del parque y cubrir el pago de los derechos de visita, pues estos recursos se destinan a la conservación de las áreas naturales protegidas de México.
-La temporada primavera-verano permite observar la mayor concentración de aves en el año.
-De junio a octubre en sus playas llegan a anidar varias especies de tortugas marinas, principalmente la carey (Eretmochelys imbricata) y la verde (Chelonia mydas).
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